Lo real esta en lo invisible




 

Somos energía, tenemos un cuerpo físico, pero en origen somos energía. Para manifestarnos en la Tierra, tenemos que bajar nuestra vibración para ajustarnos al campo de la materia.

Oscilamos entre reposo y actividad, nos alimentamos y bebemos agua. Estamos educados en eso, y si no mantenemos ese equilibrio, podemos enfermar y morir. Sin embargo, cada día salen a la luz casos de personas que no comen mucho o apenas beben, lo cual demuestra que somos energía y nos alimentamos de luz, que es lo que somos. La energía no se crea ni se destruye, ¡está ahí!

No somos seres físicos, somos energía en un cuerpo material.

Lo que vemos en este campo es solo una muestra, lo que realmente somos es mucho más. Lo invisible es lo real. Todo lo material es energía moviéndose en diferentes frecuencias. Todo lo que fue creado antes, fue creado en lo invisible, en la mente y en la intención.

Todo lo que vemos es el resultado de una intención primaria. Cuando soñamos, los adultos dicen que dejemos de soñar y que nos centremos en la realidad, pero ¿cuál es la realidad real? Si esta realidad es el resultado de un proceso invisible, nos movemos en resultados, no vemos el origen de ese resultado. Sin embargo, si sabemos movernos en los resultados, podemos ir al origen de nuestra creación.

Los científicos dicen que al observar conscientemente la materia, modificamos el resultado. Todos somos creadores, tenemos el poder de crear, pero debemos utilizarlo de acuerdo con la ley. Si vivimos en resultados y vamos al origen de esos resultados, ¡podemos modificarlos!

Es una fórmula de correspondencia, el origen siempre está en la energía. Todo parte de los sentimientos, no basta con decir "voy a cambiar, voy a estar contento" y esperar que suceda. Debemos modificar el sentimiento, el motor de todas las creaciones.

No lo haremos a través del pensamiento, ya que este estará lleno de sentimiento. Si queremos cambiar una situación, lo que debemos hacer es elevar ese sentimiento a una frecuencia más elevada y mantener los sentimientos en una alta frecuencia. Así, no caeremos en los sentimientos de rabia o tristeza, que son de baja frecuencia. Debemos mantenernos en el polo positivo y en una alta frecuencia.

Todo se sincroniza de manera armónica.

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